¿Por qué la educación en los valores desde edad temprana?
Es alrededor de los 5 años que la conciencia moral, esa voz interior que indica qué está bien y qué está mal, comienza a desarrollarse. Gracias a la autoridad paterna y del docente, el niño ha comenzado a internalizar las primeras pautas de conducta y distingue entre el bien y el mal según sea lo permitido o prohibido por la autoridad. Con el tiempo y el desarrollo de la conciencia moral, el niño va internalizando las nociones de bien y mal, en camino hacia la autonomía moral.
Es evidente, pues, que el despertar de la conciencia moral del niño y su posterior desarrollo dependen en gran medida del rol de padres y docentes. Éstos deben ser al mismo tiempo educadores proveyendo oportunidades de aprendizaje moral-, autoridad fijando límites claros y previsibles-, consejeros acompañando moralmente al niño y dándole herramientas para desarrollar todo su potencial-, y guías siendo modelos de vida y mentores morales.
En la medida en que los niños se enfrenten a distintas situaciones donde deban tomar decisiones de orden moral, irán moldeando su carácter. El carácter de un niño de siete años está ya desarrollado en una gran proporción. Más tarde se hace bastante difícil lograr cambios profundos. *
Es por esto que cuanto antes nos dediquemos a educar a los niños en los valores, mejor podrán éstos internalizarlos.
Desarrollando desde temprano las virtudes interiores, el niño logrará formar su carácter, cultivar la autoestima y desarrollar su conciencia moral.
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